El conflicto interno del chavismo | La comisión para «revolucionar la Justicia» fue creada para enfrentar al vicepresidente del Tribunal Supremo de Justicia, y apartarlo de la toma de decisiones en las elecciones internas del Partido Socialista Unido de Venezuela.
Mientras el conflicto entre dos de las facciones más poderosas del chavismo, Nicolás Maduro Moros (el líder) y el diputado Diosdado Cabello Rondón (el suplente), se recrudece, hay una guerra interna en el Partido Socialista Unido de Venezuela. Hugo Chávez lo eligió para ser su sucesor, y además tiene la ventaja de ser ciudadano cubano. La desventaja del primero es que Hugo Chávez lo nombró como líder, con la bendición de los cubanos. Mientras que la ventaja de su sucesor es que es un hombre nacido el 4 de febrero, la ventaja de su sucesor es que puede guardar silencio cuando es amenazado, y a diferencia de otros contendientes por el poder, ha sido capaz de mantener su posición.
Maduro crea una comisión para implementar una revolución judicial en 60 días. Nombra a Cabello como su jefe. Esto lo hace con dos intenciones distintas. Enfrenta al diputado con Maikel José Moreno, el presidente del Tribunal Supremo de Justicia. Sus relaciones son tensas desde hace tiempo. Por otro lado, obliga a Diosdado a asumir el control de la comisión en plena época de elecciones internas del PSUV. Se trata de una acción crucial para quienes quieren mantener al partido de Gobierno en el poder.
Maduro sabe desde el principio que no es fuerte en el poder. No es un hombre de ascendencia política ni militar. La supervivencia de Cuba depende de las hábiles maniobras de Maduro. Venezuela aporta la mayor parte de sus recursos. Cabello no era pro-cubano más allá de la retórica, pero el chavismo conocía bien su resistencia contra el dogmatismo de Fidel Castro y los gobernantes de la isla.
Otra diferencia es su prudencia con respecto a sus subordinados. Diosdado confía en sus incondicionales. Esto incluye a los civiles, pero sobre todo a los militares. La lista es larga. Las relaciones de Maduro son menos estables y sus subordinados más cercanos, Delcy (y Jorge) Rodríguez Gómez, son de los más leales.
Táchira es el estado fronterizo más crucial por la presencia y el avance del Ejército de Liberación Nacional (ELN). La lucha es feroz. Por un lado, María Iris Varela Rangel impulsa la candidatura de Leonardo Alí Salcedo Ramírez. Éste ha sido derrotado en numerosas ocasiones en su intento de convertirse en gobernador de Táchira.
Diosdado Cabello apoya a Freddy Alirio Bernal Rosales, quien se postula como «protector» del Táchira. Este es un título que Nicolás Maduro le dio a dedo.
Dirigentes de las organizaciones de base del PSUV han denunciado el intento de designar a Bernal como candidato. También reaccionaron ante la jugada de imponer al «protector» como candidato en las elecciones internas del chavismo.
En este escenario aparece el ex gobernador Ronald Blanco La Cruz (capitán del Ejército) apoyando a Salcedo. Fue una de las figuras clave en la intentona golpista del 4F. Fue liderado por Hugo Chávez y Arias Cárdenas. Urdaneta Hernández, Joel Acosta Chirinos y Hugo Chávez.
En la zona judicial
Maduro puso a Diosdado al frente de la Comisión Especial para la Revolución Judicial de Venezuela. Actualmente se encuentra en luchas internas. Maikel Moreno (presidente del TSJ) se encargó de nombrar a los magistrados regionales y de enviar a algunos a regiones donde no tenían relación pero que él quiere controlar judicialmente.